Hace casi 4 años que llegó a España el Certificado de eficiencia energética pero a pesar del tiempo y de ser obligatorio para vender o alquilar seguimos sin darle la importancia que merece. La diferencia en cuanto a eficiencia energética entre viviendas de las mismas características puede suponer una diferencia de ahorro de más de 1000 euros al año. Haced las cuentas.

¿Cómo podemos mejorar la eficiencia energética de nuestras viviendas?

– Según los expertos, por las ventanas se va hasta un 30% de la energía de la casa. Cambiarlas por unas ventanas de doble cristal con aislamiento intermedio puede parecer caro en un principio, pero su vida útil es de 50 años y supone un ahorro de más del 40%. Eso sí, deben estar bien instaladas y selladas.
Además de las ventanas hay que prestar atención a los bombines de las persianas que en muchos casos son antiguos y supone otra zona de fuga de energía.

– Hay factores muy importantes que no siempre dependen de nosotros. El aislamiento térmico de la fachada es, junto con las ventanas, la clave de una buena eficiencia energética ya que por los muros se escapa el 25% de la energía del hogar. A la vez, sabemos que es uno de los puntos más complicados porque requiere ponerse de acuerdo con la comunidad de propietarios y eso no siempre es fácil.

– Los electrodomésticos es quizá la parte de la eficiencia que más conocemos. Prácticamente ya todo el mundo opta por un electrodoméstico con etiqueta A o superior aunque la inversión sea un poco más al inicio. Además, hay que saber que esa inversión extra se recupera en menos de 4 años por lo que merece la pena.

– La orientación de la vivienda juega un papel importante y es un aspecto a considerar antes de adquirir una vivienda. La eficiencia va a depender del clima de la zona geográfica donde esté situada. Si es una zona cálida es preferible orientación norte, tener toldos y bajar las persianas en las horas de mayor calor. Si la zona es fría es preferible orientación sureste para aprovechar los rayos del sol y cerrar persianas de noche para aislar mejor.

– Cambiar las bombillas convencionales por unas de bajo consumo es otra forma de ahorrar en electricidad. Hoy en día tanto las lámparas como las bombillas deben tener visible una etiqueta de certificación energética similar a la de los electrodomésticos para saber antes de comprar que gasto tiene y así poder hacer una compra más consciente.

– En cuanto a la calefacción y el aire acondicionado lo mejor es invertir en mejorar la eficiencia de los equipos y del mantenimiento y uso que se da al mismo. Además, hay que ser comedido y no pasar de los 21 grados en invierno y no bajar de los 26 en verano.

Como hemos visto, tomando pequeñas decisiones podemos hacer que nuestro hogar sea más eficiente. Es verdad que la inversión inicial suele ser mayor, pero con el tiempo se amortizará y nos ofrecerá ahorros importantes a largo y medio plazo, además de ser una forma de cuidar el medio ambiente.

Más información en la pagina del Ministerio de Energía, turismo y agenda digital

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